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La Illeta dels Banyets es uno de los yacimientos arqueológicos alicantinos conocidos y excavados desde hace más tiempo.
Se encuentra situada en el término municipal de Campello, a unos 9 Km. de la ciudad de Alicante. Se trata de una antigua península que quedó separada de la costa a causa de un terremoto, en una fecha incierta, en el que se destruiría y erosionaría la parte que la unía a la tierra. En 1943 se volvió a unir a tierra para formar un espigón natural, empleando dinamita y destruyendo gran parte de la necrópolis prehistórica.
Actualmente, la Illeta dels Banyets es un promontorio estrecho y largo con una superficie de 10.000 m², de los que aproximadamente 4.000 m² conforman el yacimiento arqueológico, teniendo su punto más alto a 7,8 m sobre el nivel del mar. Se encuentra en periodo de consolidación de las estructuras constructivas halladas en las excavaciones y de musealización con el objetivo de que pueda ser visitado.
A pesar de su reducida extensión, este yacimiento es de una gran importancia por su amplia secuencia cultural, ya que en él se han identificado restos de la Edad del Bronce, previos a los que conforman un asentamiento ibérico y los que quedan de una villa romana, además de la presencia de materiales islámicos que nos hablan de una ocupación, de carácter esporádico, en la Época Medieval. Todo esto demuestra que la Illeta dels Banyets fue un importante puerto comercial, desde el que se dominaban tanto las vías marítimas como las de penetración hacia el interior.
LA ILLETA DELS BANYETS
Las primeras evidencias de ocupación se remontan a la prehistoria y más concretamente al periodo Eneolítico, en que sus pobladores vivían en cabañas de planta oval de la que han quedado algunos restos. Posteriormente, ya en la Edad del Bronce, se construyen dos grandes cisternas parcialmente excavadas en la roca, alrededor de las cuales se han hallado enterramientos y estructuras de habitación. En las tumbas han aparecido punzones y puñales de metal, brazaletes, pomos y botones de marfil, y algunos vasos de cerámica.
El siguiente nivel corresponde a la Época Ibérica, del s. IV y parte del III a. C., una cuya etapa en la que se desarrolló un importante poblado del que únicamente se ha excavado una parte. Se puede observar, a un lado y otro de una calle en el sentido longitudinal de la isla: dos templos, almacenes y viviendas, algunas de las cuales de gran complejidad arquitectónica. Este núcleo, dada la singularidad de los edificios y la riqueza y variedad de los edificios hallados se puede interpretar como un emporium, destacado lugar de intercambio comercial. En tierra firme, junto a la torre de época moderna, se ha descubierto un alfar para la fabricación de ánforas ibéricas, del que se han excavado varios hornos.
El nivel más superior corresponde a la Época Romana, entre los siglos I y II d. C.. Sobre los cimientos del abandonado poblado ibérico se levantó una villa romana con unas pequeñas termas anejas. Es muy poco lo que se conserva, aunque sí se puede distinguir perfectamente la zona de residencia del propietario (pars urbana) y otra relacionada con actividades agrícolas (pars rustica). Se ha encontrado también un edificio termal muy simple en una estrecha nave en la que se alinean el horno, la sala caliente, el tepidarium y el frigidarium-apodyterium De este momento datan también los restos de unas balsas labradas en la roca y comunicadas con el mar por medio de trampillas correspondientes a unos viveros para peces.
Los viveros de peces, una de las actividades más importantes de esta parte del Imperio Romano fue el aprovechamiento de los recursos del mar y más concretamente el de la conservación del pescado y la piscifactoría. De la conservación del pescado se conocen varias factorías en la provincia, siendo la más importante la del Portus Ilicitanus.
Los viveros que se conservan en La Illeta dels Banyets, se encuentran muy erosionados por la acción del mar. Se componen de cuatro balsas comunicadas entre si. La mayor de todas de unas dimensiones de 8,7 por 3,10 metros, recibe el agua del mar mediante dos canales situados en ambos extremos, las otras tres, más pequeñas están alineadas perpendicularmente a la mayor. La comunicación entre ellas se realiza mediante ranuras verticales talladas en la roca, que servías, a su vez, para facilitar la apertura y cierre de los portones.
Visita la vista en 360º de este yacimiento