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Cultura escita antigua.
Túmulo de Kostromskoy. Kubán.
Segunda mitad del siglo VII a. C.
Oro.
La placa en forma de figura de ciervo tumbado es una de las obras más conocidas del arte escita, una especie de patrón antiguo y de símbolo moderno.
Son muy característicos en este caso el alargamiento de las proporciones de la figura y la pose del ciervo, con los pies encogidos, el cuello estirado hacia adelante, la cabeza levantada, los cuernos extendidos a lo largo de la espalda y con los candiles de los tallos en forma de “S”. La figura misma del ciervo está realizada de modo muy conciso. Su superficie está modelada con planos precisos con una característica arista longitudinal en el cuello. Este hecho se considera uno de los rasgos más expresivos de la tradición artística escita del periodo antiguo temprano. Semejante elaboración de la superficie de objetos metálicos puede provenir de la técnica de tallado en madera, hueso, cuerno o piedra, que ha sido muy popular en la tradición artesana de los pueblos nómadas tanto antiguos como modernos.
El dinamismo original propio de las imágenes escitas de figuras de ciervos con pies encogidos permitió en su momento definir la postura de dichos ciervos como la del “galope volador” lo que, sin duda, dicho con propiedad es incorrecto, pero sí se corresponde con la percepción emocional de la imagen. En realidad, en este caso se representa la pose de un animal que está tumbado y es precisamente de este modo como se representaban en el arte antiguo, y no sólo en el arte escita, los animales sagrados o los animales sacrificados.
Del mismo modo, en la ciencia moderna se discute el contenido semántico de estas imágenes escitas de figuras de ciervos. El espectro de opiniones sobre esta cuestión es muy amplio. Algunos autores las han interpretado como la representación de un animal sacrificado o desgarrado, en otro caso se ha querido ver en ellas la presencia de un animal que es el resultado de un botín de caza o incluso se trataría de un animal en período estral. Las representaciones de ciervos tumbados se colocaban en diferentes objetos, incluso en las armas. En la actualidad, la versión más aceptada es que estas placas (u otras semejantes a éstas) servían como adornos de los estuches escitas para arcos y flechas (en griego, gorytus -carcaj con arco recurvo y flechas-).
A. Y. Alexeev
AÑO DUAL ESPAÑA-RUSIA
© Imágenes del Museo Estatal del Ermitage de San Petersburgo
© MARQ Museo Arqueologico de Alicante