El Abric IV del Barranc de Benialí constituye uno de referentes más extraordinarios del Arte Neolítico, al registrarse los tres horizontes artísticos neolíticos de las tierras alicantinas: Macroesquemático, Esquemático y Levantino, situados entre el VI y el III milenio a.C.
Las pinturas más antiguas corresponden a una importante serie de serpentiformes verticales, característicos del Arte Macroesquemático, que rematan su extremo superior con pequeñas prolongaciones a modo de dedos.
Alrededor de los serpentiformes verticales se disponen varias figuras humanas macroesquemáticas de pequeño tamaño en forma de doble “Y” y de “X”.