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El poblamiento rural de Época Romana en el Valle de Monforte está directamente relacionado con la fundación, en la segunda mitad del siglo I antes de JC, de la Colonia Iulia Ilici Augusta, identificada con la Alcudia de Elche, y la inmediata redistribución del territorio por medio de las Centuriaciones, proceso administrativo de reparto de tierras que genera una nueva ordenación del territorio a finales del siglo I a JC. En el Medio Vinalopó existieron dos poblaciones romanas de mayor envergadura que las villas de carácter rural: Ello, posiblemente enclavada en El Monastil (Elda), y Aspis, que coincide presumiblemente con el yacimiento de Los Baños (Monforte del Cid). El Itinerario de Antonino cita la mansio ad Ello (hacia Ello) y la mansio Aspis, como zonas de parada y posta donde poder descansar junto a la Vía Augusta en el trayecto desde el Portus Ilicitanus (Santa Pola) hacia el interior de la península y viceversa. Se convirtieron en centros que atrajeron a otros establecimientos menores, dando lugar a la creación de conjuntos de población dispersa de carácter abierto. A esta aglomeración secundaria se le atribuye el término “Vicus Aspis”, donde quedan agrupados todos los restos constructivos aparecidos en Monforte del Cid y su entorno en Época Romana. La familia aristocrática que residía en Aspis desde el siglo I después de JC, podría llegar a gestionar los recursos económicos globales del vicus, generados por la actividad agrícola principal desempeñada por el conjunto de villas ubicadas en las zonas de La Agualeja, Camino del Río y Camino de Elche. En esta vasta superficie se han ido descubriendo diferentes construcciones domésticas, almacenes, cubetas y balsas de riego y abastecimiento, acequias e incluso hornos cerámicos, tanto de la Época del Alto Imperio como la del Bajo Imperio.
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