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La Península ibérica representaba el extremo occidental del Mundo Antiguo, Hispania, cuyos pueblos y culturas fueron progresivamente asimilados a Roma en lo que se denomina proceso de Romanización. Los iberos contestanos habitaban estas tierras desde el curso del río Segura hasta el del Júcar y desde el litoral costero hasta la línea Almansa-Yecla. La llegada de Roma tras su victoria sobre Cartago, originó que a partir del año 197 a JC, el Valle Medio del Vinalopó pasase a formar parte del distrito administrativo más grande de la Hispania Citerior, el Conventus Carthaginiensis. Por su corredor natural discurrirá la Via Augusta, eje vital de comunicaciones con las ciudades del litoral como Ilici (La Alcudia, Elche) y Lucentum (Tossal de Manises, Alicante), y siguiendo su ruta hacia el sur, con Carthago Nova (Cartagena). En Monforte del Cid se localizan varias villae y una posible mansio perteneciente a un vicus rural, asentadas sobre las fértiles tierras de la confluencia de los cursos fluviales del Vinalopó, Tarafa y Rambla de Orito, convirtiéndose en un importante núcleo de producción agrícola especializada que abastecía a las ciudades. |