Durante la estancia de las fragatas en América, las relaciones entre España y Gran Bretaña se habían deteriorado. El Gobierno británico tuvo conocimiento de una negociación secreta entre España y Francia por la que Napoleón accedía a sustituir la ayuda pactada en 1796, consistente en buques y tropas, por 6 millones de libras mensuales y el uso de los puertos españoles por la flota francesa (Tratado de Subsidios, 19 de octubre de 1803). Presionada por Inglaterra, España decidió contemporizar abriendo sus fondeaderos a los buques británicos y suspendiendo los armamentos navales. Pero Gran Bretaña continuó su política de hostigamiento al tráfico marítimo español, iniciada con anterioridad a los acuerdos y causante de las detenciones o apresamientos de las goletas Amalia y San José, las corbetas Infante Don Carlos y Urquijo, los bergantines Riesgo, Nuestra Señora del Carmen, Prueba…
DOS ESCUADRAS ENFRENTADAS
El gobierno de Pitt no confiaba en la neutralidad española y, utilizando la información suministrada por la diplomacia inglesa en España, el Almirantazgo preparó en septiembre de 1804 un plan para apresar la flotilla que regresaba con caudales de América. El comodoro sir Graham Moore la esperaría con una fuerza aparentemente equivalente, para que los españoles tuvieran que presentar combate (como prescribían sus Ordenanzas) y, en consecuencia, el botín fuera considerado justo. Pero en realidad su fuerza era mucho mayor, tanto en artillería como en adiestramiento.
No hay productos en esta sección.
Plaza Doctor Gómez Ulla s/n . 03013 . Alicante . Tel.: 965 149 000