El Arte Macroesquemático es el mejor referente de las nuevas creencias que, a mediados del VI milenio a.C.,
introducen los primeros agricultores y ganaderos de estas tierras. Es una manifestación exclusiva de la montaña
del norte de Alicante y áreas valencianas limítrofes, que se caracteriza por imágenes pintadas
de gran tamaño y alto contenido simbólico, plasmadas en pequeños abrigos visibles con luz natural.
La sala evoca el santuario de Pla de Petracos, en Castell de Castells,
un lugar de encuentro y culto que recoge las manifestaciones artísticas en pequeños abrigos abiertos
en una impresionante pared rocosa, a modo de retablo. En la parte central destaca una figura humana que alza los brazos hacia arriba,
en actitud orante, mientras que a los lados aparecen otros motivos que se vinculan a la sacralización
de la naturaleza y a la fertilidad. Los calcos de las figuras macroesquemáticas van acompañados por piezas cerámicas que,
en su decoración, reproducen las mismas imágenes, destacando el vaso del orante de la Cova de l’Or de Beniarrés.