El próximo día 6 de noviembre conferencia en el MARQ, impartida por Thomas Schattner, Director Cientifico del Instituto Arqueológico Alemán. A partir de las 19:30 h.

MUNIGUA

Municipium Flavium Muniguense

Munigua se encuentra a unos 50 kms al NE de Sevilla en medio de Sierra Morena.  El paisaje se caracteriza por alcornoques y encinas y destaca por su belleza natural. Se trata de una pequeña ciudad romana con un imponente Santuario de Terrazas, Templo de Podio, otros santuarios menores, un Pórtico de Dos Pisos, un Forum, Termas, Villae urbanas y una necrópolis. El yacimiento está siendo investigado y excavado por arqueólogos del Instituto Arqueológico Alemán de Madrid desde los años 50.

Los hallazgos arqueológicos documentan un poblamiento del sitio a lo largo de unos 1000 años. De la fase prerromana (siglo V a I antes de Cristo) apenas se conocen hallazgos, y hasta la fecha no se le puede atribuir arquitectura. Ésta empieza a aparecer a partir del siglo I antes de C. Se trata de un poblamiento situado en la colina municipal, cuya existencia se explica por la minería, una actividad documentada por muchos hornos en la ladera. La presencia de romanos se verifica de forma evidente por medio de un tratado de hospitalidad datado en época de Augusto. A partir de los años 70 d. C., se observa el inicio de una fase de mucha actividad de construcción que culminaría a principios del siglo II d. C. con la construcción de todos los edificios arriba mencionados. Estas construcciones significaron el abandono de los hornos en la ladera, la actividad minera se traslada a las afueras del municipio o al mismo Valle del Gudalquivir. A partir del siglo III d. C. empieza una fase de declive, como en todo el Imperio romano, que en Munigua se manifiesta por un terremoto, que destruye buena parte de los edificios. A partir de ahora ya no verificamos la construcción de nuevos edificios, solamente la reparación de los existentes, lo que se interpreta como señal para el paulatino abandono de Munigua, consumado hacia el siglo V/VI d. C. El sitio no volverá a ser habitado, situación por la cual se explica el buen grado de conservación de los monumentos.

En los últimos años la investigación se ha dedicado a las bases económicas de la ciudad, que consisten sobre todo en la explotación minera, pero también en la agricultura.