Pompeya
siglo I d.C.
Fresco
Museo Arqueológico Nacional, Nápoles
En la época imperial había dos aficiones que tomaban su nombre del escudo que utilizaban las categorías de gladiadores a las que apoyaban: los parmularii, de Parma, apoyaban a los Thraex, los scutarii animaban a los Murmilloni. El fanatismo era enorme y a menudo, durante los espectáculos, se producían peleas y disturbios.
Tácito describe los disturbios que estallaron en el año 59 d.C. durante un espectáculo ofrecido por el antiguo senador Livineius Regulus en el anfiteatro de Pompeya. En un clima ya tenso por razones económicas y de rivalidad entre las ciudades, un banal intercambio de insultos entre pompeyanos y nocerinos degeneró en una feroz reyerta en la que «muchos nocerinos volvieron a casa con los cuerpos mutilados y muchos de los ciudadanos de Nuceria lloraron la muerte de hijos y padres»(Anales, XIV, 17). El Senado exilió a los alborotadores, entre los que se encontraba Livino Régulo, sospechoso de haber instigado a los pompeyanos a formar asociaciones ilegales y prohibió el uso del anfiteatro durante 10 años. La disposición fue revocada después del terremoto del año 62 d.C., tras el cual se restauró el anfiteatro.