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En la exposición El Guerrero Atlántico ¿símbolos de poder?, EL MARQ, Museo Arqueológico de Alicante y la Fundación C.V. MARQ, en colaboración con el Museo Nacional de Arqueología de Portugal con sede en Lisboa, nos brinda la oportunidad de contemplar tres tesoros nacionales portugueses representantes máximos de la famosa Cultura Castreña, la cual, a lo largo de casi un milenio, se desarrolla en el noroeste peninsular, entre la actual Galicia, la zona occidental de Asturias y el norte de Portugal.
Si por algo ha destacado el MARQ Museo Arqueológico de Alicante y la Fundación C.V. MARQ es por su sólida apuesta por traer hasta la ciudad de Alicante colecciones y exposiciones de máxima calidad y rango internacional. Sus colaboraciones con museos de todo el mundo como el British Museum de Londres, el Ermitage de San Petersburgo, el Louvre de París, el National Museet de Dinamarca, el Museo Nacional de Irán y ahora el Museo Nacional de Arqueología de Portugal son hitos históricos que constatan el nivel de las actividades y programas desarrollados.
Las comunidades castreñas surgen a finales de la Edad del Bronce -entre finales del s. IX e inicios del s. VIII a.C.- impulsadas por una eclosión excepcional de la actividad metalúrgica en Europa. Sin embargo, los Guerreros Galaicos como el que se expone actualmente en el MARQ. Museo Arqueológico de Alicante pertenecen a una tradición escultórica moderna, cercana al s. I d.C., y vinculada a un fuerte proceso de romanización del noroeste Peninsular, momento en el que la cultura castreña se materializa en una petrificación de sus poblados y manifestaciones artísticas.
La economía de subsistencia de la sociedad castreña presenta un carácter eminentemente agrícola complementado con una importante actividad ganadera y cinegética. La trascendencia de esta actividad se manifiesta en la representación en piedra, principalmente en granito, de figuras de toros, cerdos y jabalíes, genéricamente conocidos como “verracos”.
En la muestra El Guerrero Atlántico ¿símbolos de poder? Y como parte del conjunto arqueológico expuesto podremos observar, además, una escultura de verraco esculpida en granito, procedente de un paraje con el significativo nombre de Olival dos Berrões, en Cabanas de Baixo, Torre de Moncorvo, distrito de Vila Real, en donde se encontraba originalmente acompañada de otras cinco, todas ellas representando cerdos o jabalíes.
La cultura castreña encontrará su impulso y desarrollo gracias a una intensa actividad entorno a la extracción de minerales. Como consecuencia de este lucrativo dinamismo, la sociedad castreña desarrollará una élite social que controlará los recursos y que manifestará su poder y acumulación de riquezas con la adquisición de destacados bienes de prestigio como el vino para los banquetes, los aceites y las esencias, las cerámicas de importación o una amplia gama de joyas entre las que se encuentran los brazaletes, las arracadas y los torques.
El Torques de Vilas Boas, presente en esta misma exposición, es una de las piezas con mayor cantidad de oro de toda la Prehistoria reciente de Europa. Una joya única similar a un collar u objeto de prestigio que sólo poseían las élites dentro de la cultura castreña. Conocido también como Torques das Tamancas, fue hallado en 1965 en la vertiente meridional del Cabeço de Nossa Senhora do Assunção. Elaborado completamente en oro, pertenece al tipo de torques conocido como “de remates en doble escocia”, ampliamente difundido por el noroeste de la península ibérica en época prerromana. Constan de tres partes: un aro o varilla curva y dos remates, que pueden ser macizos o huecos, unidos entre sí.